jueves, 1 de abril de 2010

Adagio

-¿En qué estás pensando?
-En que hoy es Jueves Santo.
-¿Y qué pasa?
-Que comemos con la abuela. ¿Te apuntas?
-No, gracias.
-¿Por qué no quieres venir?
-Pues porque sé de que va la historia. Y no estoy para adagios.

El par de mozalbetes se baja del autobús municipal y tira en dirección
opuesta. Una mujer de pelo canoso sonríe a un bebé. Éste parece inquieto en su silla. Sus padres, ajenos al desasosiego del vástago, discuten naderías. Él, pretende apearse en la parada siguiente y ella, le dice y redice, no. Un jubilado pone al día a un allegado de sus cosas. Por lo visto- habla fuerte -enviudó a la semana de desembarcarse de un petrólero en La Coruña. "Murió de pena al verme" dice, sin pizca de guasa. Su acompañante lo fríe a preguntas sobre un maquinista naval, conocido de ambos. El viudo cuenta que lo último que supo del hombre es que vivía en Santos, un puerto brasileño, dónde una noche, nada más pisar tierra, se lió a golpes con un travestido. 

Una mujer anima a una niña a ser generosa con su hermano. A la chiquilla, la disertación de la señora sobre el significado del Jueves Santo y la historia del Amor Fraterno no aparenta se le quede en el chip. Con desparpajo inocente responde a su acompañante:  "También dices que hay tres jueves  en el año, que relucen como el sol -Corpus Christi; Jueves Santo y el Día de la Ascensión- y hoy, llueve y llueve".

1 comentario:

  1. Comienzo a leer y te iré contando.
    Muchas gracias por la visita y el día.
    Mis besos.

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