lunes, 10 de mayo de 2010

Con un par

-Mira a tu izquierda.
-¡Caray! Eres tú bueno para el disimulo.
-Usted perdone, ¿qué pasa?

Los viajeros colindantes a los dos sujetos escuchan la conversa y automáticamente giran la cabeza a la izquierda. ¡Faltaría más que la curiosidad se hubiera volatizado como las acciones en bolsa! Aparentemente, a bordo del autobús municipal, no hay nada que sorprenda a los furtivos en el ojeo. "Dáte, dáte en la cabeza y mira", susurra sujeto primero a sujeto segundo. "Sólo veo a un turista que me parece inglés por su traza", replica éste. "¿Qué más ves?" apremia el interrogador "¡Huy!", emite el interrogado tras visualizar al monumento de ébano que acompaña al inglés.

-Y el caso es que yo la conozco, dice un carcamal.
-Será en sueños, responden a duo los sujetos.

-Pues no se da el caso. La he visto más veces, pero ahora no recuerdo en que lugar.
-El abuelo la vió en las fiestas de su pueblo, ¡No te jode!, exclama la pareja de ojeadores.

El británico comprende el español y lo habla con sus erres, jotas, eñes y la G de Gerona: "Gracias, señores. Esta mujer me salvó la vida. Estaba a punto de ser devorado por un cocodrilo, cuando apareció en la orilla y sin dudarlo, se tiró al agua". La supuesta heroína, pregunta en galés al mister "¿Qué has dicho? Él, como macho aragonés con un par, responde: "Estoy harto de que miréis a esta mujer" "¡Eso seguro que no les has dicho!, replica ésta en 'british'. "Tienes razón. Les he dicho que yo googleo, tú googleas y él googlea...".

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