lunes, 30 de noviembre de 2009

Petecona

-Anoche te ví.  ¿De dónde salió esa petecona?
-De su casa.
-¡Qué guay, chaval! Me mola un huevo.
-Olvídate que estoy enrollao... ¿o te confirmo por sms que te fugues?
-Ya me piro, no seas capucho.
 
La jerga de los dos jóvenes llama la atención de un hombre. Éste, sentado junto a una mujer, les escucha reconcentrado. Ella lee el premio Planeta. Lo cierto es que está el día haciendo aún ejercicios de calentamiento... Porque para subir el sol al techo, desde el fondo del mar, necesita mucho entrenamiento. Unos instantes después, los chicos abandonan el autobús municipal, y pronto se expande al éter una pregunta del varón: "¿Serás tú petecona?". La miembra, sin pensárselo dos veces, tira del móvil: “Luis,  cariño, busca en el diccionario la palabra petecona. Es el libro gordo que dejó tu madre ayer en el retrete, que no tenía el Hola a mano…". Segundos después, mira a su prójimo con aire de suficiencia, y le matiza: “Luis ha consultado al petete de la Real Academia Española. No viene."
 
Al rato a ella le suena el móvil. “Gracias, Luis, gracias”. Corta, mira por la ventanilla, y explica al hombre: “Una petecona es una mujer con buenos pechos.  Luis lo ha visto en Google”. La susodicha es rasa como la tabla de cortar el pan. El tipo, apurado, intenta arreglarlo: “Bueno, no te mosquees, lo dije con buena intención”. Un viajero, que ha escuchado primero a los guays, y luego a los que cantan ser oficinistas, apunta en su distraído coco… Esta noche, primera tarea casera:  Buscar en el pule, brilla y da esplendor la palabra "galantería".
 
El bus sigue su trayecto por la ciudad, uno fijo de antemano -con rectas, curvas y cuestas-. Y, tal vez por eso, el conductor lleva cara de relax. Él, por suerte, no tiene sobre sus hombros la encrucijada de aquel Jorge Negrete, que no sabía por cual de los cuatro caminos tirar. Al chófer del cuatro ruedas se lo traza de antemano el Ayuntamiento, y él espera que los Reyes Magos le traigan un GPS. Es lo que ha puesto en su carta, porque con eso de que los albañiles se han ido a la calle, el Estado ha creado un plan de empleo. Consiste en poner muchas calles a la vez panza arriba, para adelgazar listas del paro.


1 comentario:

  1. no sé qué me molesta más, que me llamen tetuda o petecona

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