jueves, 28 de enero de 2010

Hoy no

Hoy no hay diálogo que valga. Iba la viejita por su camino y ¡zas! la niña que peina un trastorno se tira por el balcón, le cae encima y una pensionista menos para el Estado. A esa sofistícada eutanasia, paradoja del azar, que oponer sino un relincho de rabia.

Los dos hermanos salieron de casa juntos para la montaña palentina. Por fin, habían encontrado el momento para practicar la escalada en hielo en una pared del Curavacas. Allí, disfrazada de alud, de noche y de frío la muerte les salió al paso... Apaga la radio, apaga la tele, tira los periódicos al aire y  carcajeate...

-¿De qué quieres que me ría?
-Del dolor de estar vivo.
-Mejor me río de la felicidad de no estar muerto.

Y los chicos van hablando entre ellos de tetas y de tirarse a una y otra de sus conocidas, como quien se va a pegar un cole al mar y luego, se seca sin toalla. Y ellas, cuchichean sobre rebajas y tamaños- ¡Alto ahí! dices... ¿tamaños?- si, claro, no mide lo mismo una mujer con tacones que sin ellos.

Viene el bus. Adiós. Nos vamos. Pero antes, sonríe, ríete de la lluvia, de los días lechosos y hasta del pesar hondo. Es muy sano.

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