lunes, 14 de junio de 2010

Tiesto

Un tiesto con un geranio bajo un asiento. Eso es lo que descubre un viajero en la cocina del autobús municipal. El hombre vuelve sobre sus pasos para alertar al conductor. "Puede esconder un artefacto" dice con voz de temor manifiesto. El profesional del volante responde pronto: "No tiene usted porque preocuparse" y luego, cuenta al viajero una historia. Su música suena a inverosímil por real.

"Hace dos semanas otro viajero vino a alertarme como usted de que había un tiesto bajo un asiento de la última fila. Me levanté, lo examiné. El geranio no era sospechoso. Supuse que alguien con las prisas de bajar se había olvidado la maceta. Así que al pasar por el puesto de control dejé el tiesto por si su propietario lo reclamaba.

Al día siguiente, había otro tiesto, y al otro, otro y cada día desde hace quince, aparece uno nuevo. Desde hace dos semanas miro a todo viajero que sube al bus. Y nada. Pero, héte aquí, que ayer, junto al tiesto, había un papel". "¿Qué dice?" pregunta el viajero interrumpiendo el relato.

"Tus horas son únicas", responde el conductor. "Está claro que eso es así- responde el otro- pero con el mundial y la reforma laboral..."
"Sí, con el entretenimiento, lo esencial se ha vuelto olvido", recalca el conductor abriendo la puerta.

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