lunes, 5 de julio de 2010

Nadal

-Adiós. Espero verte pronto.
-¿Has oído? campeón de Wimbledon.
-Si. Nadal, rey de Londres.

La alegría relaja a los viajeros. Son las seis de la tarde. La victoria del tenista español se come de un bocado los sinsabores del personal y convierte a éste en cronista deportivo. Edad, lesiones, novia, todo lo que la radio comenta sobre el jugador- de invencible raqueta- es pera en dulce para la moral alicaída de foráneos e indígenas.

¡Que bién! dice uno. La escueta afirmación la refrendan de inmediato todos los que van dentro. No hay más baile en la lengua de esta tarde dominguera que la de ¡Viva Nadal!

El miércoles más risa, augura otro antes de bajar del bus. Al conductor, un tipo le vaticina que Villa meterá dos goles a la portería contraria y éste que pasado mañana libra, le responde que si eso sucede, además del pincho y la cerveza, se meterá en vena un ginebrazo.

¡Hip, hop! que no decaíga la fiesta y a correr, a correr que San Fermín ya está aquí.




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Buscar este blog