jueves, 12 de agosto de 2010

Adiós

Adiós. Sanseacabó. Estos diálogos del autobús finalizan hoy de golpe y porrazo. Es así como se dicen adiós los amigos. Lo repentino, por breve, encandila un montón. El vértigo mola a la sociedad de futuros relativos. Ella tiene en el cambio el antídoto para no pensar en lo que no se puede comprar con dinero, ni con ná de ná.

- Hale palabras, tiraros por las ventanillas.
- Tú, paráfrasis de lo escrito, vete a tomar vientos
- ¿Seguro que los puntos cardinales son cuatro?
- Supongo que sí.
- ¿No lo sabes?
- De carrerilla, no.
- Pues, ¿cómo osas escribir?
- Porque conozco, al menos, la palabra que pone punto y final a un viaje en cuatro ruedas.
- ¿Cual?
- Adiós.
 
El tiempo barrunta cambio. Un niño escribe su nombre en la arena, ignorante de que la marea borrará en la pleamar todo intento por permanecer más allá de lo finito y concreto.

Adiós. Adiós.

4 comentarios:

  1. No puede ser!!! Queremos más diálogos! Los necesitamos ya!!! Que no nos deje la autora

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  2. Yo creo que nunca se debe decir adios uno nunca sabe ,en todo caso hasta siempre el destino es inesperado tantas veces se ha dicho adios a alguna persona y luego en el momento menos esperado te la encuentras en el camino,que lindo seria cruzarse otra vez en alguna plaza del mundo

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  3. Que bueno seria que la autora comentara los comentario

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